Subaru obligado a destruir parte de sus coches nuevos.  En su llamada a revisión Subaru asegura que no hay “remedio físico” para resolver el problema de fabricación que afecta a 293 modelos Ascent fabricados a mediados del pasado mes julio con destino al mercado de EE UU. Debido a la naturaleza del error la única opción que le queda a Subaru es destruir todos esos vehículos.

Afortunadamente la mayoría de los modelos defectuosos están en concesionarios o se encuentran de camino a ellos. Excepto nueve unidadesque ya están en manos de sus propietarios: esos clientes tiene que devolver su Ascent a Subaru que se lo cambiará por otro exactamente igual, pero libres de la sospecha de que pueden estar mal fabricados.

El problema detectado por Subaru es atribuible a la programación de los robots soldadores que ‘trabajan’ en la planta de ensamblaje que la japonesa, participada por Toyota, tiene en Lafayette, Indiana.

Debido al error de programación detectado en los robots industriales “es posible que a esos vehículos les falten soldaduras críticas en puntos estructurales del pilar B, el pilar que sostiene las bisagras de de las puertas trasera,” según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera (NHTSA) y recoge Consumer Reports.

La falta de esos puntos de soldadura puede debilitar la estructura del vehículo, especialmente en caso de colisión. Al ser un problema estructural según Subaru no es posible realizar ninguna reparación, por lo que el destino de los 293 vehículos, incluidos los nueve ya entregados, será el desguace. A pesar de los llamativo del error el problema afecta a menos del uno por ciento de los Ascent fabricados en esas fechas, según Consumer Reports. A pesar del bajo volumen el defecto se pudo detectar durante una auditoría rutinaria de revisión de los procesos de fabricación.

Según la publicación tecnológica IEEE Spectrum “los problemas de software que causan defectos de fabricación en los automóviles son inusuales, pero no imposibles.”

La publicación menciona algunos ejemplos, incluyendo puertas soldadas que no podían abrirse o robots que en lugar de colocar los parabrisas los aplastaban contra el vehículo y se hacían añicos. Incluso, en la planta de GM durante los años de 1980 “algunos de los robots de pintura se pintaban los unos a los otros en lugar de pintar los coches.”

“Un pequeño cambio en el software puede traducirse en defectos díficiles de detectar”, involuntarios o no

Aunque el problema de Subaru no tiene que ver con una sabotaje desde el exterior sino que se debe a un error interno, según las fuentes, el año pasado un informe realizado por la firma de seguridad Trend-Micro en colaboración con investigadores de la universidad Politécnica de Milán y titulado “Rogue Robots” (Robots traviesos) alertaba del riesgo potencial de ataques maliciosos dirigidos a alterar el funcionamiento de diferentes tipos de robots industriales.

Según el informe Rogue Robots, “actualmente los robots industriales están conectados a redes de ordenadores principalmente para su programación remota y para que el fabricante pueda realizar actualizaciones de software (…) algunos modelos permiten la conexión remota desde el exterior.”

Teniendo en cuenta que en 2017 se vendieron en todo el mundo 380.550 robots industriales (totalizando una población de en torno a 2,5 millones) los ataques maliciosos hacia ellos suponen un riesgo y un problema creciente de seguridad: “Una modificación inapreciable en las tareas que realiza un robot industrial puede traducirse en sutiles defectos en los bienes que producen,”

Fuente Economía Digital